La receta que os voy a dar es un tesoro de la abuela Ángeles que ya no está. Que mejor reconocimiento a sus tantas horas de dedicación en la cocina, no sólo en su hogar sino que fue dejando en muchos rincones de España su saber riojano en sus manjares culinarios.
Desde toreros famosos de la época, banqueros que teniendo fastuosas cenas la llamaban para sus fogones, pasando por la mismísima hermana de la Reina de Inglaterra a la cual le había preparado una dulcísima merienda en compañía de la Duquesa de Alba.
Bueno, lo que os cuento a continuación es lo que hacíamos todos los años en fechas de matanza pero en días sin niebla (siempre decía que la niebla los ahuecaba).