Hoy hemos comido esta receta sencilla y agradecida y os la pongo en la web para que también podáis disfrutarla. Se trata de chipirones en su tinta rellenos, y en este relleno está el truco: esta formado por sus propias patas o tentáculos junto con jamón serrano y huevo cocido, esto es lo que le da personalidad al plato, a ver si os gusta.
Prestad atención a la calidad de los chipirones, no son todos iguales. Los mejores son los que llaman «de potera», tienen mejor sabor y son mucho más tiernos.
Es un plato que acompañado de arroz blanco y un buen vino, blanco también, se sale. Si sois como yo no podréis evitar acabar con la salsa a cucharadas…
Ingredientes (para 4 personas)
- Un kilo y medio de chipirones de potera frescos
- La tinta de los calamares (o 4 sobrecitos de los preparados)
- 3 cebollas grandes
- 3 dientes de ajo
- 250gr de jamón serrano curado picado
- 4 huevos cocidos
- 8 cucharadas de tomate frito
- Harina
- Un vaso de vino blanco
- Dos tazas de caldo de verdura
- 4 vasitos de arroz
- Aceite de oliva virgen, sal y pimienta negra molida.
Preparación
Limpiamos bien los chipirones, sacando las tripas y el pico (la boca), dándoles la vuelta como a un guante (gracias por el truco Farigola) y reservando los tentáculos y las alas para el relleno.
Hacemos el relleno mezclando bien el jamón, los huevos cocidos y los tentáculos y las alas de los chipirones, todo bien picadito. Lo reservamos.
En una cazuela grande ponemos a pochar en aceite de oliva virgen toda la cebolla y el ajo, a fuego lento, cortados muy fino.
Rellenamos bien los cuerpos de los chipirones con la mezcla del relleno, los aderezamos con sal y un poco de pimienta negra y los pasamos por harina.
Ponemos a rehogar los chipirones en la cazuela con la cebolla, teniéndolos 3 minutos por cada lado.
Añadimos el tomate frito, el vino, el caldo y la tinta diluida en una tacita con un poco del caldo caliente.
Mezclamos bien y llevamos a ebullición, dejando cocer durante 8-9 minutos a fuego medio, removiendo bastante y sin poner la tapa para que reduzca la salsa. No conviene cocerlos mucho más por que se ponen tiesos.
Para el acompañamiento, hacemos arroz blanco y lo rehogamos en una sartén con aceite de oliva y un diente de ajo en láminas.
Acabado y presentación
Se sirven en raciones acompañado con el arroz blanco y decorando con la salsa y algún ajo dorado por encima, no conviene dejar la cazuela muy lejos porque alguien repetirá seguro.
¡Que lo disfrutéis!