Para estas fechas navideñas, he reservado esta graciosa charla radiofónica, de allá por 1929, en la que Gonzalo Avello incluye una apetitosa receta de pavo asado (y viendo su cara parece que presiente el final de la historia)…
Yo tengo un amigo, entre los muchísimos que me honran con su amistad, al que todos los años le regalan un pavo; y como en esa casa todos son de un corazón más sensible que una azucena, les da pena matar al bicho y claro, van pasando los días y va creciendo y creciendo y como al final terminan por tener que sacarlo de paseo porque el animalito tiene la planta de un toro colmenareño, esta familia tiene que dedicarse a buscar media docena de pistoleros que por un par de pesetas cada uno, un puro canario y una torta de Las Ventas, se deshagan del pavo.