Este molusco de sabia lentitud; esta especie de Diógenes, desconocedor del desahucio. Este vagabundo metódico, cornudo desvergonzado, es el elemento primordialísimo para la preparación de platos excelentes.
El caracol no es noctívago, es noctivigilio y pasa la noche en vela en beneficio propio. El caracol si viviera en la ciudad sería sereno, vicetiple, ambulante de correos o telegrafista, y se desayunaría con churros y chinchón.